Maripuri nos dio un susto de hospital. Suele pasar cuando en vez de pensar en ti piensas en los demás. Te olvidas de vivir, y mi doncella Maripuri se había olvidado... Pero hoy no es día de hablar de hospitales, ni de sangres ajenas que haces propias, ni de oxígenos que beben tus pulmones, ni de la edad joven que se te atraganta en una tos que llega sin permiso. Hoy es día de decir que las calles son maravillosas, que los jardines me gustan más que los de Versalles y que tengo ganas de dar un salto hasta el tejado y gritar que seré feliz. Las Reinas siempre somos felices.
En cuanto a los asuntos del Reino no hay novedad. Te vas unos días y regresas al mismo país sin Gobierno. Tampoco me importa. Mi Felipe VI puede seguir recibiendo a los políticos. Tenemos unas galletitas de nata muy apetecibles. A Pablo Iglesias le encantan nuestras galletas del Eroski y Albert Rivera está muy contento con el agua del grifo porque el cloro es muy sabroso para el paladar del joven político catalán defensor de la España unida.
Tampoco hay novedad en esta Familia Real. Creo que Urdangarín no ha ingresado en ninguna prisión. No hay prisa. No sé si se trasladarían a Portugal. Mi doncella Maripuri cree que todavía siguen en Suiza.
-Las mudanzas llevan su tiempo, mi Reina.
-También cuestan, Maripuri. No te llevan los muebles gratis.
Llegan mis Herederas. ¡Qué guapas son! ¡Y pensar que un día pensé que nunca iba a ser madre!