Los blogs que lee Letizia

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Saturday, October 24, 2015

Oviedo me quiere

 Oviedo me quiere. Lo pude comprobar estos días en las calles de la capital del Principado. Y iba con algo de miedo porque decían que los de Podemos sacaban a sus seguidores a la calle para hacer un motín en contra de la Monarquía de mi Felipe VI. Nada de eso pasó. Los ovetenses me recibieron como a su hija más predilecta. Son unos cielines.

 No se puede negar que triunfé en mi Oviedo. La gente me aplaudía a rabiar y yo saludaba como la Reina de España que soy. Todos eran piropos. Perdí cuenta de las veces que me gritaron guapa. Una señora me digo que quería casar a su nieto pequeño con mi Leonor. Le dije que tendría que esperar. Leonor todavía es una niña.

 A mi doncella no le gustó el vestido de Felipe Varela que llevé al evento. Me dijo que era un vestido de bailarina de una ópera triste.

 -Usted necesita un color que la ilumine, mi Reina. El negro es el color de los entierros -insistía.
 -No me hables de esas cosas, Maripuri. Hoy es un gran día. Mi Felipe VI va a dar un concurso que dejará a Artur Mas temblando.
 -Ese catalán independentista no tiembla, mi Reina. No lo asusta ni la cárcel. Recuerde que su mentor, el señor Pujol estuvo entre rejas en los tiempos de Franco.

 No quise recordar nada. No era día de política sino de moda. Iba a estrenar un vestido de Felipe Varela precioso en los Primeros Premios Princesa de Asturias. En la mano llevaría una carterita también de Felipe Varela. Iría preciosa. En Oviedo tendría motivos de verdad para quererme.

 El vestido no se arrugó nada. Tampoco perdió la forma la falda asimétrica que llevaba cuando me senté. Temía que el almidonado fuera a menos, pero no fue así. Felipe Varela cose como los ángeles.

 Mi Felipe VI temía que me robaran el collar que le regaló Alfonso XII a la Reina María de las Mercedes. Las perlas rusas son muy codiciadas por los ladrones. Le dije que no se distrajera. Lo más importante era el discurso.

 -Lee bien, Felipe. Que nadie diga que la ESO hizo estragos en tu educación.
 -Cuando yo estudiaba no había ESO.
 -Bueno, la EGB, que era lo mismo, pero con otro nombre.
 -Diré eso de que no nos separen los sentimientos.
 -Di lo que quieras, pero no insultes a los catalanes. Ya sabes que son muy susceptibles.
 -¿Digo que los queremos?
 -Quedarás mejor diciendo que España no se separa en trozos.

 El discurso fue un exitazo. Aplaudieron a rabiar. El nuevo duque de Alba era el que más aplaudía. Me agradó saber que la Casa de Alba sigue siendo muy monárquica. También aplaudió a rabiar Albert Rivera. Se acercó a besarme la mano y me presentó a su novia.

 -No me caso, Majestad
 -¿Vivirá en pecado con su azafata? -le pregunté.
 -Yo no soy católico. Soy aconfesional.
 -¿Cómo la Constitución española del 78?
 -Sí, Majestad. Soy muy constitucionalista.

 Marché con mi Felipe VI para nuestro hotel casi traumatizada. Pobre hombre. Tan joven y tan de derechas. Las encuestas se le subieron a la cabeza desde que los sondeos electorales dicen que Ciudadanos le roba los votos al PP. Intenté no pensar en él mientras cenaba en la intimidad con mi Felipe VI. Oviedo me quiere, volví a pensar. Eso me hace feliz.

 

Tuesday, October 13, 2015

Ejerciendo de Reina de la Hispanidad

 No cabe duda que soy la Reina de la Hispanidad. Sólo hay que mirar las muchas fotografías que me quitaron el Día de la Fiesta Nacional de esta nación nuestra que incluye a Cataluña entre nuestras tierras patrias. Brillé con mi vestidito azul Borbón y con mi moño postizo ejerciendo de Reina de la Hispanidad

 Estaban todos los importantes del Reino. No faltó el Presidente del Gobierno. Le dije adiós cuando me besó la mano. Creo que entendió que no le deseaba que gané las próximas elecciones generales. Con cuatro años, una ha quedado hasta las narices de tanta derecha. También le dije adiós a Albert Rivera. Me miró espantado. No comprendió que no soy fan de Ciudadanos. Me parecen muy parecidos a los del PP. Desde que supe que quieren aumentarnos el IVA del pan los odié. Yo nunca apoyaré a los políticos que aplastan a los pobres. Una sabe de donde ha salido.

 El desfile fue todo un éxito. Mis herederas iban muy guapas con sus vestiditos de Nanos. Leonor quería ir con unos vaqueros rotos, pero le dije que no era el caso.

 -Están muy de moda, mami -insistía mi Leonor.
 -Recuerda que eres la Princesa de Asturias, hija. No puedes vestirte como una poligonera.
 -No me veo vestida de nanos. ¿Me prestas un Felipe Varela, mami?
 -Ni hablar, cariño. Mis Felipes Varela son muy caros. Este que llevo hoy tiene una pedrería incorporada que vale un dineral.

 Tuvo que vestirse de Nanos, igual que su hermana Sofía. A mi Sofía tanto le da ir de nanos o de moda bazar chinos. Es una niña muy apañada. Mi doncella Maripuri dice que se parece a mi cuñada Cristina.

 -No lo quiera Dios -le digo asustada, cuando me lo vuelve a comentar-. Mis hijas se parecen a mi Felipe VI. Son unas Borbonas pasadas por los genes griegos de doña Sofía y matizadas por los Ortiz Rocasolano. ¿No ves lo educaditas que están? Froilán y compañía no saben comportarse como lo hacen mis herederas.
 -Tiene la risa de la Infanta Cristina, mi Reina.
 -¡Maripuri!

 Me paso el desfile militar mirando las risas de mi niña Sofía. No, no se parece a Cristina. No me la imagino sentada en el banquillo de los acusados cuando reine su hermana Leonor. Mi Infanta Sofía será pintora o algo así. Los pintores ganan mucho dinero vendiendo sus cuadros y no le roban a nadie.

 Los soldados siguen desfilando. Aparece la cabra de la Legión y todo se va acabando. Ahora tenemos que ir al Palacio Real a que nos besen las manos. Me he echado un montón de crema hidratante Dove para que no me resequen la mano con la saliva. Eso de que me besen la mano no me gusta mucho. Casi preferiría que me dieran un beso en el zapato. Se lo comento a mi Felipe VI.

 -No estamos en la Edad Media, Leta.
 -Pues lo parece. Mariló MOntero me acaba de hacer una reverencia que me ha hecho sentir Isabel de Castilla. 
 -Es muy monárquica.
 -Albert Rivera también debe ser monárquico. Casi se arrodilla a mis pies.
 -Por lo menos vino a la recepción. Pablo Iglesias declinó la invitación.
 -Ya vendrá, Felipe. Cuando sea Presidente del Gobierno de España no se perderá una fiesta.

 El Día de la Hispanidad llega a su fin. Mi doncella Maripuri me cuenta que Obama brindó con un vino español. No puedo acompañarlo en el brindis porque soy abstemia.

 -Brinde con fanta, mi Reina.
 -Brindaré con Coca cola. Será un detalle con los Estados Unidos de América.

 Mi Felipe VI queda a cuadros cuando nos ve levantar los vasos de Coca cola.

 -¿Y eso, Leta?
 -Estoy brindando por América.

 Se suma al brindis. Albert Rivera se acerca con su copa de cava catalán y la levanta al techo. 

 -Brindo por España y por sus Reyes.
 -Casi nada.
 -¿Cómo dice, Majestad?
 -Digo que es usted un patriota, señor Rivera.

 Albert Rivera vuelve a besarme la mano y chupa con su beso la crema hidratante Dove que todavía me quedaba pegada a la piel. Voy a tener que ponerme más crema en las manos si este hombre llega a algo en el Gobierno de España, de lo contrario acabará con la epidermis de esta Reina de la Hispanidad.

Tuesday, October 06, 2015

Trabajando como una Reina

 El trabajo de Reina de España es muy satisfactorio para mí. Me hace sentir la mujer florero más importante del Reino. Mi marido se dedica a las cosas serias y yo me dedico a la caridad. Cada día me hacen presidenta de más asociaciones dedicadas a ayudar a lo pobres. El trabajo de Reina de España no ha cambiado desde tiempos de Isabel de Portugal, aquella esposa del emperador Carlos que sale en la exitosa serie que está emitiendo tve.

 Afortunadamente, mi hija Leonor tendrá un trabajo más divertido. Se dedicará a las cosas serias del Reino como hace mi Felipe VI. Su futuro marido será el florero. ¡Ay, Dios! Me estoy poniendo triste. 

 No tengo motivos para estar triste. Cataluña va bien. España va mejor con Cataluña incluida en el todo. Los Urdangrines no son noticias. Los Marichalares tampoco. Mis hijas herederas llevan bien el inicio escolar... 

 Las niñas, de momento, sólo están mirando sus libros nuevos. Mi Felipe VI quería que cogieran los libros usados que comparten en el colegio, pero yo me negué. Unas Herederas de la Corona de España no pueden estudiar con libros usados por otros niños. Tienen que tener los nuevos libros que sacan las editoriales. Mi Leonor quería fotocopiarlos. Le dije que ni hablar. 

 -Hay que pagar derechos de autor, hija.
 -¿A quién se le pagan los derechos de autor? ¿A los herederos de Cervantes?
 -No, cariño. Se le pagan a los de la SGAE. Cobran por todo.

 Leonor me pregunta si la SGAE es como Hacienda. Sale lista la niña. Le explico que funcionan de manera parecida: tanto a Hacienda como a los autores hay que pagarles quieras o no quieras.

 Su hermana Sofía no se preocupa por esos temas difíciles. Prefiere jugar con sus Barbies. Les tiñe el pelo con los rotuladores de colores que le compré en Amazon y les hace unos vestidos de papel que me recuerdan la pobreza de los refugiados sirios que se acercan a nuestras costas europeas.

 -Voy a llevar tus muñecas a Felipe Varela, hija. Mi diseñador les hará unos vestidos decentes.
 -Hay que ahorrar, mami.

 Vuelvo a sentirme triste. Debe ser el otoño. Por eso regreso a mi despacho y me pongo a trabajar como una Reina. Es un trabajo fácil. Casi me sorprende que me paguen un sueldo por repartir donativos entre asociaciones destinadas a ayudar a los más desafortunados de mi Reino. Tiene razón mi doncella Maripuri cuando me dice que no encontraría un trabajo mejor ni que lo buscara en infojobs. Madre y Reina de España. Casi nada. Lo de madre, de momento, se queda en madre de dos niñas. No me animo a ir a por el varón por mucho que me gusten los bebés.

 

 

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